Eva Perón: El Legado de una Figura Inmortal

Eva Perón, o simplemente Evita, es una de esas figuras históricas que trascienden el tiempo y las fronteras. Su nombre evoca imágenes de balcones repletos, discursos apasionados y una devoción popular casi religiosa. Sin embargo, detrás del ícono inmortalizado en musicales y películas, se esconde una compleja trama de pensamiento político, acción social y controversias que definieron una era en Argentina y cuyo eco resuena hasta hoy. Para comprender su legado, es necesario ir más allá de la caricatura y sumergirse en la vida y obra de la mujer que se autodenominó "la abanderada de los humildes".

Los Orígenes de un Ícono

Nacida como María Eva Duarte en 1919, sus orígenes humildes en la provincia de Buenos Aires marcarían profundamente su visión del mundo y su futura conexión con las clases trabajadoras. El acta de nacimiento es en sí misma un pequeño misterio, con discrepancias entre el registro civil y el de bautismo, un detalle que sus detractores usarían más tarde para atacarla. Su llegada a la gran ciudad, Buenos Aires, para perseguir el sueño de ser actriz, es el clásico relato de superación que la acercó al mundo del espectáculo y, sin saberlo, la puso en el camino de su destino político.

El Encuentro con Perón y el Nacimiento Político

El punto de inflexión en su vida fue el encuentro con el entonces coronel Juan Domingo Perón en 1944. La conexión fue instantánea y trascendental. Evita no solo se convirtió en la compañera de Perón, sino en su más ferviente aliada política. Su papel durante los eventos del 17 de octubre de 1945, cuando una masiva movilización obrera exigió y consiguió la liberación de Perón, ha sido objeto de mitificación. Si bien la propaganda peronista posterior la retrató como la gran organizadora de la gesta, los historiadores coinciden en que su papel en ese momento era mucho menor. Sin embargo, esa jornada fue su bautismo de fuego, la revelación de que su lugar no estaba en los escenarios, sino en la arena política, como puente entre Perón y el pueblo.

La Fundación Eva Perón: Obra Social y Controversia

Como Primera Dama, Evita desplegó una actividad frenética. Su gran obra, la Fundación Eva Perón, se convirtió en el motor de la política social del gobierno. La creación de la fundación fue, en parte, una respuesta al desaire de la oligárquica Sociedad de Beneficencia, que tradicionalmente era presidida por la Primera Dama pero que le negó el puesto a Evita por sus orígenes humildes y su pasado de actriz. Lejos de amilanarse, Evita creó su propia estructura, mucho más grande y directa.

La Fundación construyó hospitales, escuelas, hogares para ancianos y niños, y distribuyó ayuda directa a miles de personas que acudían a ella a diario. Su jornada laboral era extenuante, a menudo superando las 20 horas, atendiendo personalmente a los necesitados. Esta labor le granjeó el amor incondicional de los sectores populares, que la veían como una santa, una madre protectora que por fin les daba un lugar.

No obstante, la Fundación no estuvo exenta de críticas. Sus opositores la acusaron de ser un mecanismo de propaganda, de manejar fondos públicos sin la debida transparencia y de presionar a empresas y sindicatos para obtener donaciones. Aunque el Ministro de Hacienda, Ramón Cereijo, afirmaba llevar registros, la percepción de un manejo discrecional de enormes sumas de dinero alimentó las acusaciones de corrupción que persiguieron al peronismo.

Balance de la Fundación

El Pensamiento de Evita: Más Allá de la Acción Social

A menudo se invoca a Evita, pero rara vez se la lee. Su legado intelectual, plasmado en discursos y en su libro "La Razón de mi Vida", es fundamental para entender el justicialismo. Su pensamiento se articulaba en torno a una idea de nación con identidad propia, opuesta a los modelos del capitalismo liberal y el comunismo soviético. Para ella, la solución era la Comunidad Organizada, un proyecto humanista y cristiano donde el individuo se realiza en comunidad.

Dos pilares fundamentales de su tesis sobre la identidad nacional eran:

1. La reivindicación de la hispanidad: Evita rechazaba de plano la "leyenda negra" antiespañola, que consideraba una falsificación histórica creada por el colonialismo cultural británico. Para ella, la herencia española, con su fe católica y sus valores de sacrificio y comunidad, era la verdadera raíz de la identidad argentina. "América es la eternidad de España en el mundo de la civilización", llegó a afirmar.
2. La pertenencia a Sudamérica: Veía a Sudamérica como el "Continente de la Esperanza", una reserva espiritual frente a una Europa hundida en el materialismo. Impulsó la unión de los pueblos del continente, especialmente de las mujeres, para forjar un destino común de justicia social y soberanía.

Su visión sobre el rol de la mujer también fue singular y rompió con el feminismo de su época, al que consideraba una imitación de modelos extranjeros que promovían la lucha de sexos. Evita no veía a la mujer como una víctima que debía rebelarse contra el varón, sino como una compañera fundamental en la lucha por la liberación de la Patria. Su modelo no era la mujer masculinizada, sino la mujer arraigada en la tradición, protectora del hogar y educadora de la conciencia nacional, inspirada en el arquetipo de la Virgen María.

La Lucha Final: Enfermedad y Renunciamiento

En la cima de su poder y popularidad, la salud de Evita comenzó a deteriorarse rápidamente. En 1950 le fue diagnosticado un cáncer de cuello uterino avanzado, una verdad que le fue ocultada. A pesar del dolor y la debilidad, continuó con su trabajo incansable. En 1951, el movimiento obrero la propuso como candidata a la vicepresidencia, una movida que generó una fuerte resistencia en los sectores más conservadores del peronismo y las Fuerzas Armadas. La posibilidad de que una mujer, y esa mujer en particular, pudiera llegar a la presidencia era inaceptable para ellos.

El 22 de agosto de 1951, en un acto multitudinario conocido como el "Cabildo Abierto del Justicialismo", Evita protagonizó su famoso "Renunciamiento", donde declinó la candidatura. Su salud ya no le permitía asumir tal responsabilidad. Meses después, fue sometida a una histerectomía radical por un cirujano estadounidense. Estudios recientes sobre sus radiografías craneales sugieren incluso la posibilidad de que se le practicara una lobotomía prefrontal en sus últimos meses para aliviar el insoportable dolor.

Eva Perón murió el 26 de julio de 1952, a los 33 años. Su muerte sumió al país en un duelo sin precedentes, consolidando su imagen de mártir y santa popular.

El Legado Post-Mortem: La Odisea del Cuerpo

La historia de Evita no terminó con su muerte. Su cuerpo fue embalsamado magistralmente por el anatomista español Pedro Ara, quien logró una preservación tan perfecta que parecía simplemente dormida. El plan de Perón era construir un gigantesco mausoleo para exhibirla. Sin embargo, el golpe de estado de 1955 que lo derrocó dio inicio a una de las historias más macabras de la política argentina. Los militares, obsesionados con anular su influencia incluso muerta, secuestraron el cadáver. Durante años, el cuerpo de Evita peregrinó por distintos lugares hasta ser enterrado en secreto en un cementerio de Milán, Italia, bajo un nombre falso. No fue hasta 1971 que le fue devuelto a Juan Perón en su exilio en Madrid.

Críticas y Defensas: ¿Fascismo y Antisemitismo?

Los opositores al peronismo, tanto en Argentina como en el extranjero, frecuentemente tildaron al régimen de fascista, y la figura de Evita no fue ajena a estas acusaciones. Su visita a la España de Franco en 1947 fue vista como una prueba de estas simpatías. Sin embargo, muchos historiadores y analistas refutan esta etiqueta. Argumentan que, a diferencia del fascismo europeo, el peronismo no era racialmente excluyente ni totalitario, ya que permitía la existencia de otros partidos. Además, se destaca que el gobierno de Perón fue el primero en la historia argentina en buscar activamente la integración de la comunidad judía, creando incluso una rama del partido para sus miembros y nombrando a ciudadanos judíos en cargos públicos, algo impensable en los gobiernos conservadores anteriores, que sí tenían un marcado sesgo antisemita. El propio legado de Evita se centró en la justicia social, no en la supremacía racial.

Evita en la Cultura Popular

Medio siglo después de su muerte, la figura de Eva Perón explotó en la escena global gracias al musical "Evita" de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice. La obra, y su posterior adaptación cinematográfica protagonizada por Madonna, cimentó una imagen internacional de Evita: ambiciosa, carismática y controvertida. Aunque criticada en Argentina por sus imprecisiones históricas y su simplificación del personaje, la obra la convirtió en un ícono de la cultura pop universal, asegurando que su historia, aunque a veces distorsionada, nunca fuera olvidada. Evita presagió la era de la celebridad política, demostrando que el carisma y la conexión emocional con las masas podían ser una fuerza política arrolladora.

Preguntas Frecuentes

• ¿Cuál fue la causa de la muerte de Eva Perón?

  Eva Perón murió a los 33 años a causa de un cáncer de cuello uterino muy avanzado.

• ¿Fue Eva Perón vicepresidenta de Argentina?

  No. Aunque fue aclamada por el pueblo para ser candidata a la vicepresidencia en 1951, renunció a la postulación debido a su frágil estado de salud y a las presiones de sectores conservadores y militares.

• ¿Es cierto que el cuerpo de Evita fue secuestrado?

  Sí. Tras el golpe militar de 1955 que derrocó a Perón, su cuerpo embalsamado fue secuestrado por los militares, ocultado durante años y finalmente enterrado en secreto en Italia para evitar que su tumba se convirtiera en un lugar de peregrinación.

• ¿Qué es la "leyenda negra" que Evita rechazaba?

  La "leyenda negra" es una corriente de propaganda antiespañola que describe la conquista y colonización de América como un período de barbarie, opresión y genocidio. Evita la consideraba una falsificación histórica impulsada por intereses extranjeros para debilitar la identidad cultural de los pueblos hispanoamericanos.