29/01/2024
La historia de Argentina está marcada por figuras polifacéticas cuyo legado trasciende una única disciplina. Uno de los nombres más resonantes es, sin duda, el de Bartolomé Mitre. Reducirlo a su rol como presidente sería ignorar al militar estratega, al periodista incisivo, al historiador meticuloso y al hombre que vivió una vida de película, marcada por el combate, el exilio y la construcción de una nación. Su biografía no es solo el recuento de los actos de un político, sino el reflejo de una era convulsa y fundacional para la República Argentina, una vida que comenzó con un bautismo simbólico y culminó con una nación entera de luto.

Los Primeros Años: Forjando un Carácter
Bartolomé Mitre nació en Buenos Aires el 26 de junio de 1821, en un momento en que los ecos de la independencia aún resonaban con fuerza. Apenas dos días después de su nacimiento, fue bautizado en la iglesia San Nicolás de Bari, un acto que sellaría su destino de una manera casi profética. Su padrino fue nada menos que José Rondeau, el destacado militar y Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Como un presagio de la vida que le esperaba, Rondeau le legaría años más tarde sus memorias inéditas y su espada, dos elementos que encapsulan a la perfección la dualidad de Mitre: el intelectual y el guerrero, el hombre de letras y el hombre de acción.
Su infancia no fue tranquila. Mientras en Buenos Aires se desarrollaba la llamada “feliz experiencia” rivadaviana, su familia se trasladó a Carmen de Patagones, donde su padre, Ambrosio Mitre, asumió el cargo de ministro-tesorero. Fue allí, con tan solo cinco años, donde el pequeño Bartolomé tuvo su primer contacto con la guerra. En marzo de 1827, en plena contienda con el Imperio del Brasil, fue testigo a la distancia de la batalla que enfrentó a las fuerzas locales con los invasores brasileños, las mismas facciones que décadas más tarde combatirían bajo su propio mando durante la Guerra del Paraguay. Aquella experiencia temprana sembró en él la semilla de una vida indisolublemente ligada a los conflictos armados y a la defensa del territorio.
El Exilio y la Formación de un Intelectual en Armas
La consolidación del poder de Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires obligó a la familia Mitre, como a tantas otras opositoras, a tomar el camino del exilio. Montevideo se convirtió en su nuevo hogar y en el crisol donde se forjaría el joven Mitre. A los dieciséis años, ingresó en la Academia Militar de la ciudad, especializándose en artillería. Su bautismo de fuego no tardó en llegar: dos años después, ya luchaba bajo la bandera uruguaya contra las fuerzas de Manuel Oribe y su aliado, Rosas.
Pero Montevideo no era solo un campo de batalla; era también un vibrante centro intelectual para los exiliados argentinos. Allí, Mitre conoció y se codeó con las mentes más brillantes de su generación, como Juan Bautista Alberdi, Miguel Cané y Domingo Faustino Sarmiento. Este entorno fértil nutrió su espíritu intelectual y sentó las bases de su pensamiento político. Fue también en Montevideo donde conoció el amor. El 11 de enero de 1841 contrajo matrimonio en la catedral con Delfina María Luisa de Vedia, con quien formaría una gran familia de seis hijos: Delfina, Bartolomé, Josefina, Jorge, Emilio y Adolfo.

Su espíritu aventurero y su compromiso con la causa de la libertad lo llevaron a luchar junto al legendario revolucionario italiano Giuseppe Garibaldi, una figura que lo marcó profundamente. Años después, escribiría sobre él: “Cumplía yo entonces veintidós años y la personalidad de Garibaldi ejercía sobre mi imaginación una especie de fascinación”.
Un Pensador Errante: De Bolivia a Chile
Los vaivenes políticos de Uruguay lo empujaron a nuevos destierros. Su siguiente parada fue Bolivia, donde dirigió el Colegio Militar. Sin embargo, su tendencia a involucrarse en las luchas internas del país le valió una nueva expulsión. En un episodio que revela su inagotable curiosidad intelectual, mientras era escoltado hacia la frontera con Perú, solicitó a sus guardias permiso para visitar las cercanas ruinas de Tiahuanaco, a lo que accedieron.
Finalmente, se radicó en Chile, donde se reencontró con otros exiliados argentinos de renombre. Fue en esta etapa cuando desarrolló plenamente su faceta de periodista, convirtiéndose en una de las voces liberales más críticas contra el gobierno conservador chileno. Fue allí donde plasmó por escrito la idea de nación que más tarde intentaría llevar a la práctica como presidente de Argentina:
“Un pueblo pobre no puede ser libre; un pueblo sin instrucción no puede tener idea de sus derechos y deberes; un pueblo con malos códigos no puede tener buena Constitución; un pueblo con mal sistema de hacienda no puede tener un buen sistema político; un pueblo que no goza del bienestar en vano está que tenga escritas en el papel sus libertades”.
El Regreso y la Construcción de la Nación
La caída de Rosas tras la batalla de Caseros en 1852 marcó el fin de su largo exilio y el comienzo de su protagonismo absoluto en la historia argentina. Mitre participó en esa batalla decisiva y, a partir de entonces, se convirtió en una figura central en el complejo proceso de organización nacional, llegando a ocupar la presidencia de la República entre 1862 y 1868. Su gestión sentó las bases institucionales, económicas y educativas de la Argentina moderna, aunque no sin controversias y conflictos.
El Ocaso del Prócer: Respeto y Despedida
En sus años de vejez, Mitre se había convertido en una leyenda viviente. Era una figura inmensamente popular y respetada por todos los sectores. Solía caminar por las calles de Buenos Aires sin escolta, recibiendo el saludo afectuoso de los ciudadanos. El 26 de junio de 1901, al cumplir ochenta años, la ciudad entera se vistió de fiesta. Salvas de artillería desde los buques de guerra anclados en el puerto dieron inicio a una jornada de homenajes que incluyeron visitas del presidente, una multitud congregada frente a su casa —hoy Museo Mitre— y una función de gala en el teatro Ópera.

Sus últimos años los dedicó a la escritura y a recibir visitas, manteniendo su lucidez y su pulcritud característica. Sin embargo, el 29 de noviembre de 1905, su salud se quebrantó gravemente. Comenzó una larga y penosa agonía de cincuenta y cuatro días. Durante este tiempo, sufrió pequeños infartos y, en su delirio febril, mantenía conversaciones con su antiguo rival y amigo, Domingo F. Sarmiento, fallecido más de una década atrás. La ciudad seguía con angustia su estado; la Municipalidad llegó a enarenar las calles aledañas a su casa para amortiguar el ruido de los carruajes y no perturbar su descanso.
Finalmente, en la madrugada del 19 de enero de 1906, rodeado de su familia, Bartolomé Mitre abrió los ojos por última vez y, con un gesto de despedida, exhaló su último aliento. La nación se sumió en un profundo duelo. Su féretro fue velado primero en su escritorio de trabajo, cargado por sobrevivientes de la Guerra del Paraguay, y luego en la Casa Rosada, antes de su entierro en el Cementerio de la Recoleta. Su partida no solo fue noticia en Argentina, sino que tuvo eco en todo el mundo, despidiendo a uno de los últimos grandes hombres de una generación gloriosa que forjó naciones.
El Legado de Mitre: Aclarando Confusiones
El nombre "Bartolomé Mitre" es tan icónico en Argentina que ha generado algunas confusiones. Es importante distinguir al prócer de sus descendientes y de los lugares que llevan su nombre.
¿Dos Bartolomé Mitre en el Diario La Nación?
Sí, pero de diferentes generaciones. El diario La Nación fue fundado en 1870 por el General Bartolomé Mitre. Décadas más tarde, su bisnieto, también llamado Bartolomé Mitre (1909-1982), asumiría la dirección del matutino, continuando el legado periodístico familiar. A continuación, una tabla para diferenciarlos claramente:
| Característica | General Bartolomé Mitre (Prócer) | Dr. Bartolomé Mitre (Director) |
|---|---|---|
| Nacimiento / Muerte | 1821 - 1906 | 1909 - 1982 |
| Ocupación Principal | Militar, Historiador, Presidente de la Nación | Abogado, Director del diario La Nación |
| Relación con "La Nación" | Fundador | Director (Bisnieto del fundador) |
Un Nombre en Cada Rincón
El legado de Mitre es tan vasto que su nombre está grabado en calles, avenidas, plazas y ciudades de todo el país. La información sobre la apertura de la Avenida Bartolomé Mitre en 1937 o un incidente policial en la esquina de Bartolomé Mitre y Cabral son ejemplos de cómo su nombre forma parte del tejido cotidiano de la vida argentina, un homenaje perenne al hombre que dedicó su vida a la patria.

Preguntas Frecuentes sobre Bartolomé Mitre
¿Quién fue el padrino de Bartolomé Mitre?
Su padrino de bautismo fue José Rondeau, una figura clave de las guerras de independencia y ex Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
¿Cuántos hijos tuvo Bartolomé Mitre?
Junto a su esposa, Delfina María Luisa de Vedia, tuvo seis hijos: Delfina (1843), Bartolomé (1845), Josefina (1847), Jorge (1852), Emilio (1853) y Adolfo (1859).
¿Cuál fue la causa de su muerte?
Murió a los 84 años tras una prolongada agonía de 54 días, producto de un grave deterioro de su salud que incluyó insuficiencia renal y pequeños infartos, manteniendo la lucidez casi hasta el final.
¿Es el mismo Bartolomé Mitre que dirigió el diario La Nación en el siglo XX?
No. El presidente Mitre fundó el diario en 1870. Su bisnieto, del mismo nombre, lo dirigió durante gran parte del siglo XX, desde 1950 hasta su fallecimiento en 1982.
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